Un ruiseñor enamorado canta cerca de la casa y los corazones hace brillar... irremisiblemente constato... atesto...
Algo me escapa... una necesidad interior, la qualidad de un gesto que captura y revela, el misterio del cuarto oscuro.
Entonces percibo, a pesar de la implecision impricita del "flou", la evanescencia del loco en la emocion emergente de la sonrisa oblica y circunstancial de Ulyses, al regrasar de un largo y peligroso viaje.
Los brazos de Penelope desde el mar del Levante, hasta el mar del poniente... van.