Entre la poesia del origen, y las horas de amor ininterumpidas, las guitaras a las que nadie resiste, acompañan el vivido de los hombres y subrayan las preguntas legitimas del ruido de sus pasos.
La exuberante agilidad del funambulo, se levanta a la altura de la esperanza, sobre el hilo en el cual la vida va y tamborilea al azar, en el jardin de la virtualidad.
Mas allà de las nubes y del humo del origen, mas allà del ruido de nuestros pasos, me digo que, la tierra es un obra estupenda que va dando vueltas, vueltas y vueltas, a 60km/h , en medio de un suspenso interior del cual nosotros somos el resultado.
Las manos de los hombres, tamborilean para cubrir el ruido de sus pasos... y la vida ella, va...