En la errancia sin tregua y sometiendose a las ojeadas de la suerte, demaseado ocupados a alcazar la opulencia, los espiritus lastimosos, no ven ya la evidencia...
La inteligencia se extravia, el saber nos extravia, y olvidamos lo importante,
la realidad vigila... por todo y en todo sentido...
Las cosas, se cumplen resbalando hacia abajo, arrastradas por el tiempo inexorablemente...
inexorablemente.
Cuidado mi Amor, con las gracias Angelicas, los recuerdos confusos y las virtudes inmaculadas de ese cielo tan alto.
En ti veo una fuente viva, en la cual bebo los favores de la providencia.