Correspondancia
to C.G/ Split:
He vivido yo mismo
situaciones parecidas a veces hasta llegar a sentirme
completamente desconcertado, tanto por el torrente de impresiones que
cahian sobre mi, que por mi incapacidad trágica por compartirlas
con los
que eran entonces los más cerca de mi, ya que ellos nunca habian
querido
o nunca habian podido incluir una nueva experiencia a un pasado al cual
estaban conectados por una especie de cordón umbilical.
Seguí siendo a veces distante de casa durante mucho tiempo, buscando
el
sitio, y cuando encontraba un nuevo mundo, una nueva cultura, y que
comenzaba a ligarme, un estado de irritación casi inconsciente
pero
desesperádo se instalaba entonces en mi, como cuando uno está
enamorado y
que no es recíproco, o como si intentaba abrazar el infinito,
o como si
uno pretendiera unir lo que no puede serlo.
Creo que eso era como algo parecido a una señal de nuestros límites
y nuestras
predestinaciones, que son impuestos más por nuestros "tabúes"
interiores
que por las circunstancias interiores (aquéllas sobre las cuales
es tan fácil pasar).
Dedico una admiración
inmensa para esos pintores japoneses de la edad
media, que pintaban para un principe hasta ser reconocidos, y que una
vez
en la cumbre de su gloria, se iban secretamente, cambiaban de nombre,
y se
volvían a poner a trabajar en otra parte en otro estilo.
¡Se dice que algunos de ellos consiguieron vivir hasta cinco vidas
completamente distintas!
¡He aquí
la Libertad!